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Anticapitalistas Madrid ante el nuevo ciclo

Publicamos una resolución política aprobada durante la Conferencia de Anticapitalistas Madrid que tuvo lugar los días 28 y 29 de noviembre de 2020. La resolución contiene de forma sintética el contenido del texto político aprobado durante la conferencia y que será publicado en las próximas semanas.

Suenan ruidos de fondo en el planeta. La crisis de la COVID - 19 ha desatado procesos profundos en un mundo nervioso: la mayor crisis económica del siglo, una crisis de los modelos de gobernanza heredados de la Segunda Guerra Mundial, una crisis moral y ética, una crisis de civilización. La pandemia también es un síntoma alarmante de la gran crisis que se cierne sobre la vida en el planeta: la ecológica. Esta situación ocurre en un tiempo huérfano de horizontes anticapitalistas, de falta de arraigo de ideas capaces de imaginar que otro mundo es posible.

¿Cómo moverse entre la necesidad de tiempos largos que han sido históricamente necesarios para la regeneración organizativa, cultural, política de movimientos profundos que apunten a cambiar el mundo con la necesidad urgente de tirar del freno de emergencia del capitalismo suicida? ¿Cómo construir una izquierda para los tiempos “normales” que también pueda prepararse para tiempos excepcionales y situaciones imprevistas?

Toda orientación, desde cualquier escala imaginable, pasa por intentar responder a estas preguntas y a la vez sumergirse en experiencias prácticas que puedan dar pistas y claves para avanzar en un contexto difícil.

En el Estado español vivimos el inicio de un nuevo ciclo incierto. En el mismo 2019 en el que eclosionan revueltas a lo largo del mundo, que dan pistas de cómo se pueden desarrollar algunos procesos sociales y políticos en nuestros años 20s, aquí se entierra la esperanza abierta con el 15M con la entrada de UP al gobierno como colofón de un largo funeral. Se recrudece la lucha en los marcos del régimen con una fuerte polarización parlamentaria a cambio de abandonar en la práctica, por parte del grueso de la izquierda, toda propuesta de alternativa sistémica.

En Madrid hemos vivido a lo largo de los últimos meses y años el fracaso rotundo de las izquierdas oficiales ante el desafío estratégico, aún irresuelto, de cómo ganarle la partida al bloque de poder madrileño. Un bloque de poder dirigido por un entramado financiero – inmobiliario, con fuertes ramificaciones en el Estado, pero con capacidad de desparramar su hegemonía hacia abajo e incluir a muchos estratos sociales a través de una construcción militante de su base social mediante mecanismos ideológicos – culturales – materiales – organizativos (tómese como ejemplo la educación concertada). Ni las posiciones en el gobierno central junto con PSOE, con belicosidad oratoria pero disciplina con los corsés neoliberales, ni los intentos de ganarse el sentido común de las clases medias y horadar al bloque de poder madrileño mirando hacia el centro han logrado hacer mella en este bloque. Peor aún, al no apostar ni haber apostado por blindar una base social propia y resiliente a cambios de coyuntura, de cuidarla, alimentarla política y dotarla de recursos materiales y organizativos, nos encontramos en una situación de partida más difícil. Los sectores que en Madrid apostamos por cambios radicales tampoco conseguimos transformar nuestras posiciones institucionales en inserción social, y fuimos incapaces de generar una cuña que nos permitiese contar con una base social dinámica para trabajar en el nuevo ciclo. Ahora que el viento de época no sopla a nuestro favor esta tarea es más difícil pero sigue siendo insoslayable. ¿Cómo abordarla? ¿Cómo construir un bloque propio que pueda hacer frente a la derecha madrileña?

Esta tarea, que parte de muchos sitios, que es compleja y larga, que no es patrimonio de ninguna organización y que es necesariamente compartida, pasa por hacer una caracterización honesta del punto de partida y lanzarse, pacientemente, a construir apuestas prácticas que permitan movilizar las fuerzas potenciales de las que disponemos, sin renunciar doctrinalmente a ninguna forma de lucha, incluida la electoral. ¿Pero cómo empezamos entonces?

Un paso atrás para dar un paso adelante

A finales del XIX y en los primeros compases del siglo XX, el proceso de imposición de una vía burguesa a la modernización quiebra en Madrid (de forma muy tardía) al artesanado, lo desclasa en un período largo, rompe sus tradiciones de lucha y repertorios, lo fractura generacionalmente en líneas de clase y culturales generando una gran capa de jornaleros que, en su interacción con grupos de propaganda socialistas, tradiciones republicanas derrotadas en la Iº República que se quedan fuera del marco de la Restauración, va modulando y creando a través de un proceso largo de luchas la base social, la cultura política y organizativa de las organizaciones obreras de masas del primer tercio de siglo en la ciudad. A su vez, la geografía física y política de Madrid (y de la CAM) favorece también desde finales del XIX una tradición de lucha barrial / municipal que ha convivido con autonomía relativa con los procesos de politización más puros que se han dado en la capital, enriqueciéndose o apartándose mutuamente.

Exterminada físicamente la anterior generación en el transcurso de la Guerra Civil y el franquismo, surge en los años 60s – 70s a partir de los procesos de migración, industrialización del suroeste de la CAM, e incremento de la población, y muy importante, al calor de un ciclo de luchas, una de las figuras pivotales de la izquierda de la transición: el dirigente obrero - dirigente vecinal, que hace de vaso comunicante entre la politización del movimiento obrero y de las luchas vecinales, que dota entre otras organizaciones al PCE de una base militante de cuadros insertos y de un arraigo vecinal cuya impronta aún se deja ver en nuestros días. Durante el 15M (otro proceso de desclasamiento en clave generacional) otra es la figura que se alza como central y que nutre el esqueleto pensante del ciclo político que acaba de perecer: el postuniversitario desclasado, contaminado por la influencia de los procesos políticos internacionales (Primaveras Árabes, con influencias pasadas de la antiglobalización), capaz de (re)invertar formas de organización, con intuiciones políticas que se funden también con las son aportadas por corrientes y pequeños grupos políticos de izquierdas que estaban fuera del marco de partidos (aunque al final se impone sobre el cadáver del ciclo la corriente eurocomunista). ¿Qué pasará en nuestros años 20?

Partimos de una situación generalizada de cansancio en las militancias políticas y activistas, de desorientación y dificultad para vislumbrar estrategias de largo recorrido. Para desbloquear esta situación son necesarias experiencias prácticas orientadas a animar las potencias políticas y de fuerza que existen latentes en toda nuestra comunidad. La clase trabajadora en Madrid, aunque atomizada, encierra en su composición posiciones de fuerza que de activarse serían extremadamente poderosas. La capacidad potencial de cortocircuitar la logística o los cuidados por una clase trabajadora trabajadora altamente precarizada, feminizada y migrante, susceptible de entroncar con las luchas feminsitas, antirracistas, barriales o de vivienda, sugieren hojas de ruta, espacios prioritarios en los que estimular la autorganización, de los que intentar empaparse para posibilitar mestizajes entre alternativas políticas y sectores de la clase trabajadora que posibiliten aspirar a destruir el mundo de los ricos.

Esta perspectiva obliga a todas las organizaciones, colectivos y movimientos a retomar el debate estratégico en su hacer, en repensar formas de trabajo y acción política, en despojarse de viejas inercias y lanzarse a construir humildemente experiencias, apuestas de ensayo y error, que puedan favorecer estos procesos. ¿Cómo arrancar desde una posición de debilidad? ¿Cómo construir espacios que permitan ir sedimentando un polo social y político en Madrid capaz trascrecer los espacios militantes y dirigirse a toda la sociedad? ¿Dónde poner nuestras limitadas fuerzas? ¿Cómo socializar las fuerzas de los distintos movimientos, como la porosidad social que han tenido el feminismo y el ecologismo, sus redes, para ayudar a tejer otros movimientos? ¿Cómo retejer lazos, construir nuevas lealtades y complicidades? ¿Cómo hacerlo sin establecer jerarquías, con sinergias convergentes pero sin renunciar a la pluralidad? ¿Cómo construir culturas políticas democráticas? ¿Cómo conjugar las aspiraciones hegemónicas de “llegar a la gente” con la necesidad de ir construyendo entramados sólidos activistas y militantes que puedan hacer eso efectivo? ¿Cómo hacerlo sin renuncias sino a través conquistas? Urge tener estos debates para poder avanzar, urgen experiencias prácticas, por humildes que sean, para testar en la realidad todos estos debates.

Con esta reflexión no pretendemos sugerir que tengamos que hacer un proceso de adivinación para deducir teóricamente cuales van a ser los próximos sujetos de lucha, ni que estos sean únicos, ni que tengamos que apostar como en un velódromo sólo por uno. Tampoco que ninguna organización tenga la capacidad de ser el actor político preferente de esos sujetos. Pero resulta importante no pensar que las dinámicas socioeconómicas inducen automáticamente estos sujetos, pero sí sientan las condiciones de posibilidad de su surgimiento. Y es allí donde surgen grietas que posibilitan la acción. Necesitamos experiencias que contribuyan a resolver endiablados debates teóricos (y a la vez los enriquezcan y den lugar a nuevos), enemistades, desencuentros, alianzas enquistadas.

De nuevo aquí hay que tener en cuenta la advertencia de no hacer una visión demasiado plana, de que sólo van a surgir politizaciones de los sectores más quebrados, expuestos y depauperados. Si bien una politización de estos a priori es más interesante porque la solución de sus problemas apunta directamente a cuestiones sistémicas (aunque es un proceso que no podemos conjurar), hay que estar atentos a otras politizaciones o repolitizaciones. Por ejemplo, la alta rotación laboral como aspersor de nuevas tradiciones sindicales aprendidas en la lucha, o la posibilidad de que un sector de la generación 15M, que ve de nuevo quebradas sus expectativas y arrastra ciertas tradiciones y repertorios de lucha (aunque puedan estar sólo latentes), pueda volver a moverse, ¿en qué espacios lo hará? (tanto organizativos como geográficos: vaciamiento del centro de Madrid, emigración a barrios fuera de la M30, etc).

Todo esto no es un proceso que se tenga que contemplar desde una torre de marfil sino que sólo se puede conocer estando presente en él, e implica cambios con respecto al papel central del ciclo pasado para las militancias anticapitalista, que tiene que romper con la inercia centralista y los repertorios de militancia nómada del ciclo pasado: le confiere un papel de detective, informante, agitadora, propagandista, inventora, incitadora.

Pero más allá de las necesarias experiencias de fuego lento, atravesamos una crisis brutal y son necesarias respuestas inmediatas. ¿Cómo defenderse, aquí y ahora, de Ayuso y la derecha de formas efectivas y que a la vez faciliten desarrollos políticos más profundos? En este plano, creemos que es imprescindible una unidad amplia de acción de todas las organizaciones y movimientos contra la derecha manteniendo siempre la independencia política, especialmente del Gobierno central y del PSOE. Una vocación unitaria, que no unánime, que ponga el acento en la autoorganización de las luchas, en su pluralidad. En el plano electoral, partiendo de la limitada situación actual, es necesaria una unidad defensiva de las fuerzas de izquierda para parar a Ayuso, pero ésta ha de ser necesariamente independiente de un PSOE que es garante último de las políticas neoliberales que favorecen el auge de la extrema derecha. Lamentablemente albergamos mucho escepticismo en que la izquierda oficial sea capaz de transitar este camino.

También creemos que en este momento no se dan en Madrid las condiciones para lanzar apuestas electorales alternativas de la izquierda anticapitalista. Ni existen actores relevantes con quien avanzar en ese sentido, ni tampoco existen acuerdos políticos y estratégicos suficientes entre los sectores de la izquierda no oficial. Tampoco hay experiencias sociales que en el corto plazo puedan dar saltos electorales. En este período la prioridad es la acumulación de fuerza social, la no parlamentarización de la lucha social sino todo lo contrario: avivarla de todas las formas posibles. Esta orientación tiene que ir más allá de la retórica y tener implicaciones prácticas: es el momento de usar los recursos y posiciones que existen en los distintos partidos, organizaciones, colectivos y sindicatos para abrir nuevas vías que nos doten de fuerza, de prestar recursos a las nuevas experiencias que no se pueden conjurar pero sin duda surgirán. La izquierda debería, en ese sentido, tomar buena nota de la experiencia chilena.

Anticapitalistas en Madrid

Anticapitalistas Madrid trabajará los próximos años en reforzarse como organización militante y de cuadros. Una organización flexible y audaz que, en un contexto de reflujo, intervenga en la esfera pública con propuestas estratégicas valientes y claras, intentado introducir ideas al debate público y animando el debate estratégico en el movimiento a través de tareas de formas de propaganda en constante renovación. Una organización que forme parte, de formal leal, de los núcleos motores de los movimientos sociales y a la vez dialogue políticamente con ellos, impulsando palancas que permitan una mayor articulación de éstos a través de la movilización e intentando que puedan ir armando en el medio plazo un polo social y político en la Comunidad de Madrid, sin renunciar en ningún momento a la política electoral pero siendo conscientes de las dificultades objetivas de retomarla en el corto plazo. Una organización que busque mejorar su inserción social y cuya militancia aspire a estar presente en procesos de politización y conflicto que puedan surgir. Una organización que aguante pero que aspire a crecer especialmente entre la juventud, las mujeres y las personas migrantes.

Por último, Anticapitalistas Madrid expresa su voluntad de reforzar una cultura militante abierta y se dotará de mecanismos para facilitar la participación, el debate o el conocimiento de sus ideas a todas aquellas personas interesadas y que compartan nuestra orientación.

Comunicado tras las cargas policiales en Vallecas

Ante las cargas policiales sucedidas en la tarde de hoy frente a la Asamblea de Madrid en el marco de las movilizaciones en defensa de la sanidad pública y contra la segregación de clase de los barrios del sur desde Anticapitalistas Madrid queremos manifestar lo siguiente:

  • Pedimos la dimisión inmediata de Ayuso (PP) y Aguado (Cs), de José Manuel Franco (PSOE) y del Ministro del Interior Grande Marlaska (PSOE). Condenamos rotundamente la violencia policial contra las vecinas y jóvenes que se manifestaban frente a la Asamblea de Madrid y mandamos todo nuestro apoyo a las personas detenidas y heridas. Que la delegación del gobierno, controlada por el Secretario General del PSM, autorice este tipo de barbaridades nos da una idea de donde están sus lealtades. No les basta con que Pedro Sánchez haya legitimado las medidas segregadoras de Ayuso ni con ofrecer al ejército para llevarlas a cabo: ahora también ordenan cargar arbitrariamente contra la gente. ¿Necesitamos más pruebas (fusión de Bankia y La Caixa, apoyo a Martín Villa, complicidad con la huida del emérito) para volver a comprender la con quién está el PSOE?
  • Lamentamos que el resto de izquierda oficial haya ido detrás del PSOE a la hora de intentar contener las movilizaciones, e incluso venderlas como posibles focos de contagio, como se ha hecho con la programada para el domingo 27 cuando a diario, y a todas horas, se producen hacinamientos en los vagones de metro de la gente que acude a trabajar. Lamentamos que les pese más la opinión pública de la derecha que la realidad de los barrios obreros. Es difícilmente comprensible que UP siga avalando las políticas del PSOE. Lo son también las declaraciones de la FRAVM en las que intentan descolgarse de lo sucedido. Hoy en el CS Ángela Uriarte se coreó de nuevo aquello de “no nos representan”. La izquierda oficial debería tomar buena nota, y si no rompen con el PSOE tras las cargas policiales de hoy, habrán cruzado una línea roja que a buena parte de su base social le costará entender. Instamos directamente a Podemos, IU y Más Madrid a salir del ala del PSOE, a condenar públicamente las cargas (también los ministros de UP dentro del Consejo de Ministros), a retomar la convocatoria del domingo y brindar sus recursos para que la gente de abajo pueda expresarse. ¿Hay que bajar los brazos y esperar a que el lunes sigan faltando sanitarixs pero estén los barrios llenos de policías y militares?

  • Vivimos tiempos de excepción que requieren medidas de excepción. La derecha madrileña está en una huida hacia adelante en la que sólo le importa salvar a los privilegiados. La izquierda institucional se niega a enfrentarse a los ricos para obtener los recursos necesarios para que la sociedad salga de ésta. Es obvio que hace falta más personal sanitario y que para ello se necesita dinero, por eso hay que imponer un impuesto extraordinario a los ricos. Es obvio que se necesitan más recursos para la sanidad pública, y por ello hay que expropiar a una sanidad privada que sólo brinda auxilio a una sociedad en crisis si es a cambio de dinero. Es obvio que para frenar la crisis sanitaria hay que parar, pero pararlo todo, también los trabajos. Y para hacer eso posible y garantizar las condiciones de vida de la gente trabajadora hace falta una renta básica de emergencia. Es una cuestión de voluntad política.
  • Si el conjunto de la clase política es incapaz de hacerle frente a la situación, si la izquierda oficial se niega a movilizarse, a ponerse a disposición de la gente trabajadora y dar la batalla contra los poderosos, tienen que ser las organizaciones sociales de la sociedad civil las que den una paso a adelante y digan basta ya. ¿A qué más hay que esperar? Animamos a todo tipo de organizaciones, colectivos y personas que apuesten por dar un cambio de rumbo a debatir y organizar una Huelga General en toda la Comunidad de Madrid para frenar el caos, echar a los responsables y evitar el derrumbe de nuestra sociedad.

No basta una moción de censura. Hay que abrir el camino a una Huelga General en toda la Comunidad de Madrid

  1. La Comunidad de Madrid vive una situación de caos que amenaza a toda la sociedad. Detrás de ésta hay una incapacidad real no sólo de Ayuso y de su gobierno, sino de toda la estructura administrativo e institucional de la Comunidad de Madrid construida conscientemente durante años por los gobiernos de la derecha de tal forma que sólo funciona bien para intereses de los privilegiados. Esta vocación militante de la derecha madrileña de servir a los intereses de las minorías privilegiadas es la que está demostrando Ayuso sin ningún tipo de vergüenza en medio de esta crisis. No nos engañemos: Ayuso no se propone poner remedio al caos sino aprovecharlo para blindar su proyecto político, el de la minoría rica y privilegiada. Incapaces de pensar siquiera en el conjunto de la sociedad, la abandonan a su suerte, se escinden de ella sin dejar de parasitarla y se blindan para salvar a los suyos.

  2. La izquierda madrileña con representación institucional parece estar depositando el grueso de sus esperanzas en terminar con Ayuso en una hipotética moción de censura en la Asamblea de Madrid, capitaneada por el PSOE de Gabilondo y buscando recabar el apoyo de un Ciudadanos que, no olivdemos, cogobierna con Ayuso. ¿Qué podemos esperar de un PSOE que desde el gobierno central se contenta con confrontar a Vox con aspavientos mientras continua con la política de siempre (fusión Bankia y la Caixa, subida de la edad de jubilación, complicidad con la fuga del emérito y un largo etcétera)? ¿Y de C's, un partido abiertamente neoliberal? Mientras la izquierda institucional centra sus esfuerzos en tejer alianzas con aliados tan peculiares, la derecha hace uso indiscriminado de todas sus fuerzas extraparlamentarias en su plan de desbroce de la sociedad. El poder inmobiliario, financiero, mediático siguen campando a sus anchas y sembrando terror en la mayoría sin que la moción de censura les haga ningún rasguño.
  3. ¿Con quién contamos entonces? ¿De qué fuerzas y herramientas disponemos? Somos conscientes de que vivimos un momento difícil, que la rabia convive con el miedo, que las esperanzas se ven nubladas por un presente que presenta un futuro oscuro. Pero no podemos abonarnos a la resignación. Contamos con fuerzas. En Madrid existen, mucho más allá de lo que se llama a sí mismo la izquierda, cientos de activistas (vecinales, feministas, ecologistas), militantes, sindicalistas con experiencia en organizar movilizaciones de todo tipo, con capacidad para imaginar repertorios nuevos que trasciendan las propias filas (como todos los que ha creado el movimiento feminista) y de dialogar e incorporar al conjunto de la sociedad.
  4. Son muchas las experiencias de contestación que estamos viendo desde que comenzó la emergencia sanitaria, desde aquellas en defensa de la sanidad y la educación, a las despensas solidarias y los espacios de ayuda mutua. Formas de acción clásica combinadas con otras nuevas que se van abriendo camino (los lunes en defensa de la sanidad pública, la huelga protagonizada por los MIR, etc). A partir de todo esto, si hay voluntad suficiente, se puede trabajar colectivamente para construir una Huelga General en la Comunidad de Madrid. Sólo con un golpe de esta fuerza podremos pararle los pies a Ayuso.
  5. ¿Qué tipo de Huelga General? ¿Qué camino hacia ella? Tenemos que proponernos, a partir de todo lo mencionado, un plan de lucha que camine hacia una Huelga General en toda la Comunidad de Madrid. No se trata de convocarla de forma pasiva, sino de trazar un camino que permita ir utilizando los conflictos y luchas que ya existen como impulsoras de una movilización más grande. De utilizar la Huelga General como un horizonte que unifique esas luchas, que las permite conectarse con un objetivo común y optimizar nuestras fuerzas, de calentar motores y ganar aliadxs. La experiencia de las huelgas del 8M, y también de otras como las de la EMT en las que en el proceso se fue explicando barrio a barrio, mezclándose con todo el tejido existnete, nos dan pistas para ello.
  6. Porque la Huelga General no sólo es un día ni una herramienta de presión a la Asamblea de Madrid, que también, sino que propio proceso de desarrollo servirá para reactivar alianzas y confianzas, combatir la resignación y empoderarnos, de generar las bases de un poder que pueda hacer frente a los poderes extraparlamentarios de la derecha. Además, siembra una idea que es la que más temen Ayuso y compañía: que lxs trabajadorxs podemos plantear hacernos cargo de la sociedad. Que existe una forma de relacionarse dentro de la sociedad, de vivir y luchar, más allá del infierno neoliberal en el que nos quieren hacer vivir y morir.
  7. Desde Anticapitalistas Madrid trabajaremos en esa perspectiva y animamos a discutir esta propuesta a todos aquellos espacios, organizaciones y colectivos que compartan esta preocupación, así como emplazamos a las organizaciones sindicales y sociales a activarse y movilizarse para que la gente de abajo sea quien asuma un protagonismo que es imprescindible para tumbar a Ayuso.

Circular a la militancia de Anticapitalistas en la Comunidad de Madrid

12 de marzo de 2020

Ante la situación abierta por la extensión del coronavirus, y las medidas restrictivas puestas en marcha, desde la Secretaría de Madrid trasladamos lo siguiente:

  • Por acuerdo en la Coordinadora Confederal, queda aplazada la Conferencia Confederal que iba a tener lugar el 28 de marzo. La propuesta de fecha queda para más adelante, una vez se levanten las restricciones por el virus, y en esta nueva fecha proponemos añadir una parte organizativa y de reorientación de tareas, temas que estaba previsto tratar en una CC ampliada en junio. Los textos de esta segunda parte se enviarán con tiempo suficiente para poder ser debatidos y enmendados por la militancia.
  • Por lo tanto, queda también suspendida la asamblea de militantes de Madrid del 21 de marzo.
  • Además, debido al traslado de la conferencia confederal, nos vemos obligadxs también a posponer la Conferencia de Madrid prevista para el 13 de junio, cuyo lanzamiento se aprobó en el espacio de Responsables de Grupos de Base y Áreas e iba a ser convocada de forma inmediata.
  • En lo que respecta a las actividades de la organización, quedan suspendidas temporalmente todas las actividades públicas y todas las reuniones internas presenciales de la organización a menos de que sean estrictamente necesarias. Con respecto a las reuniones internas ya convocadas, siempre que estas sean pequeñas, se recomienda su suspensión pero queda al arbitrio de lxs militantes la decisión final. La Secretaría de Madrid se reunirá vía telemática.
  • Ante esta situación, abriremos espacios telemáticos (por definir) para mantener vías de información, participación y debate. Con respecto al chat general de militantes en Telegram, pedimos se haga un uso comedido y sólo para cuestiones de urgencia o informaciones o dudas relevantes. En ese sentido, se pide explícitamente no suturarlo con noticias e informaciones que a todxs nos llegan por múltiples vías.
 

Pero, ¿qué hacer en esta situación?

  • La situación que vivimos es excepcional pero es importante comprender que no sólo se trata de una crisis sanitaria, sino que está entrelazada con una crisis económica del capitalismo fósil, a su vez relacionada con una crisis civlizatoria, ecológica, de cuidados, de reproducción de la vida. Situaciones como ésta existían ya en potencia en el marco de las crisis anteriores, y pueden ser un anticipo de nuevas normalidades de la vida en el capitalismo senil y ecocida. En este marco amplio y complejo debemos movernos para actuar en lo concreto.
  • Es difícil prever a estas alturas la escala, rango y duración de lo que supondrá a todos los niveles la crisis presente. Lo que sí está claro es que en la “resolución” de esta situación, que pone en cuestionamiento la propia forma de la organización y sostenimiento de nuestras vidas, se pondrán muchas cosas en juego de forma parecida a lo que sucedió en la crisis de 2008, o incluso a mayor escala. Distintas pulsiones de todo tipo chocarán por hacerse valer, desde las más sombrías a alternativas de lucha y esperanza. En el plano económico, es posible una redición del vaciamiento de las arcas estatales que abran una nueva crisis de deuda. Todo esto tenemos que tomarlo con la debida precaución pero estar preparadxs para cualquier tipo de escenario.
  • Madrid es el epicentro de la crisis en el Estado español. Es importante que lxs militantes de Anticapitalistas mantengan la calma y el rigor allí donde se muevan, estén atentxs a todos los posibles desarrollos y que nos hagamos cargo colectivamente de las respuestas a dar.
  • Es importante que abordemos la cuestión de las redes de apoyo mutuo. Por un lado serán imprescindibles para sostener los cuidados y para fomentar la idea de que la gente puede hacerse cargo de una situación como ésta en contra de las pulsiones anómicas e individualistas que se puedan dar. En ese sentido, consideramos importante que nuestra militancia pueda participar y animar redes como estas en sus ámbitos de proximidad, con todas las cautelas necesarias por la naturaleza de la situación. Estas experiencias van a ser muy valiosas para cimentar formas y valores alternativos a la hora de gestionar nuestras vidas. Con todo, es importante comprender también que en un contexto de inexistencia de un bloque histórico alternativo, con capacidad moral y material para hacerse cargo de la situación (es decir, hacer una revolución), estas redes tendrán un carácter resistivo y de supervivencia. En esta crisis son imprescindibles los mecanismos estatales para paliar esta situación, y a ellos debemos apelar de forma clara y explícita, en nuestro caso a la Comunidad de Madrid. Esto no debe implicar todas las asunciones que tiene el otro extremo: una solución “a la china”, sin contar con la participación y gestión civil de la crisis, y abriendo el camino a nuevos giros liberticidas. Debemos también seguir de cerca la experiencia italiana y pensar y articular repertorios de acción política y protesta en estados de reducción de la movilidad y de reunión como el que atravesamos.
  • En lo concreto, en Madrid, ante el posible colapso de la sanidad, debemos hacer hincapié en la necesidad de recuperar todos los recursos privados necesarios para la solución de la crisis, especialmente la sanidad privada. También en que ninguna fórmula de despido, cualesquiera que sean, pueda llevarse a cabo, ni desde el mundo privado ni desde el público. Las arcas públicas no pueden vaciarse para sostener el mundo empresarial. No se deben escatimar gastos en la solución de la crisis pero éstos han de venir también en buena medida de tributos de excepción a las empresas para que sean ellas y no las arcas públicas quienes paguen la crisis. Así mismo, la sociedad civil tiene que fiscalizar al Estado para que, aprovechando la situación de crisis, no se suspendan los Derechos Humanos en lugares con situaciones límite como son las cárceles o los CIEs.
  • La organización centrará en estos días / semanas el grueso de sus recursos a articular y pensar propuestas en estas líneas, así como de trasladar información rigurosa y fomentar lecturas entre la militancia para elevar la comprensión de la situación.
  • Por último, si hay compañerxs que se encuentran en situaciones de dificultad de cuidados y necesitan ayuda, que lo trasladen para que intentemos solucionarlo colectivamente.

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